martes, 17 de abril de 2007

LA ARQUEOLOGIA COMO CIENCIA

LA ARQUEOLOGÍA COMO CIENCIA, EL TURISMO COMO NEGOCIO.
ALGUNAS IDEAS PARA HACERLOS COMPATIBLES EN GUATEMALA

JOSÉ E. BENÍTEZ
Universidad de San Carlos de Guatemala-Archaeology Ecotours

Licenciado en Arqueología de la Universidad de San Carlos de Guatemala y Master en Arqueología de la Universidad de PITTSBURG de Estado Unidos. Se ha desempeñado como investigador en el Instituto de Investigaciones Históricas, Antropológicas y Arqueológicas de la Escuela de Historia de la Universidad de San Carlos de Guatemala, en la Dirección General de Investigación de la USAC. Actualmente es gerente general de Archaelogy Ecotours, ha sido distinguido con la Beca Fulbright – Laspau para la Universidad del Estado de Oregon y ha sido varias veces galardonado, entre otros por el Center for Latin American Studies de la Universidad de Pittsburg, por el mejor proyecto para realizar estudios de campo. Entre sus más recientes trabajos arqueológicos se destacan el Proyecto Etnohistórico de la Formación y Desarrollo de San Miguel Dueñas, y el Proyecto Etnohistórico de la Formación y Desarrollo de San Pedro Yepocapa. Entre sus publicaciones más recientes se mencionan el Códice de Chugüilá* y la Arqueología de San Miguel Dueñas.


El entorno
La arqueología y el turismo señalan que a Guatemala hay que verla dentro de un contexto conocido como Mesoamérica. Comprende a las naciones de México, El Salvador, Belice, Honduras, y Guatemala. Dentro de este dilatado territorio se comparten estilos culturales, formas de vida, paisaje, naturaleza, etc. muy similares. La definición, de inicio, era un criterio puramente arqueológico y antropológico. En la actualidad, también los negocios de turismo hacen uso del término para poder presentar de una forma coherente y novedosa, un amplio paquete de posibilidades para el ocio y esparcimiento. Aprovechando esta situación, los estrategas del turismo internacional crearon un concepto de viajar que llamaron la Ruta Maya. Esta pasa por las cinco naciones mostrando principalmente los antiguos centros ceremoniales mayas más espectaculares, playas, selvas, ríos, pueblos indígenas, ciudades coloniales y modernas. El eje que sirve de pivote es la arqueología, ayudada quizá por el hecho de tratarse de un territorio habitado exclusivamente por el grupo étnico maya desde hace 4 mil años.
Esta combinación de dos disciplinas, arqueología y turismo, no ha rendido por igual las enormes ganancias económicas que se generan. Más bien la arqueología pasa a jugar un papel de proveedor que el turismo aprovecha exclusivamente para su beneficio. Toda esta actividad produce contradicciones que necesitan ser solventadas para no perder oportunidades de darles más trabajo a pueblos que lo necesitan.
Sirva esta breve presentación para difundir ideas, ya que los contextos sociales de Colombia y Guatemala se parecen bastante. Se hace referencia a los siguiente problemática: los hallazgos fortuitos, los museos regionales, promociones en el exterior, las colecciones itinerantes, parques arqueológicos, el caso de Chisec.
Hallazgos arqueológicos fortuitos. Qué hacer con ellos.
Un señor abriendo un agujero en el patio de su casa descubre un altar de piedra que pertenece a la pre-historia Maya del Clásico Temprano (200-400 DC). Por pesar la roca aproximadamente 2 toneladas y media, el sujeto no la vendió. Pero sí la golpeó con una almádana para ver si contenía oro, según la creencia de algunos pueblos cuando aparece esta clase de hallazgos. El monumento se encuentra en medio de la plaza B de Cakhay, sitio arqueológico del clásico temprano. El primero en darse cuenta del hallazgo fue un anticuario italiano, después los arqueólogos, siguió la autoridad, para finalmente apropiarse de ella los sacerdotes que ofician la religión Maya. El comerciante se fue triste, los arqueólogos dieron consejos para dar lugar a la investigación, la autoridad llegó amenazando, y los religiosos celebrando según costumbres milenarias.
Las autoridades del IDAEH (Instituto de Antropología e Historia) se presentaron con la amenaza de confiscar la pieza ya que, según dijeron, pertenecía al estado. Se le consiguió un abogado a Don Julián quien demostró ser el dueño legal. Todos los que intervinieron lo hicieron con el propósito de ver qué le sacaban al descubrimiento. Los sacerdotes indígenas se encargaron de hacer fiesta al cumplir la piedra el primer aniversario de su aparecimiento. ¿Por qué no hacerlo todos los días? ¿Cómo? Abriéndolo como un destino turístico dirigido a los amantes de la arqueología o de la aventura. Con eso se ayuda a la economía del pueblo, se da a conocer un sitio más, y se consiguen fondos para proseguir con las investigaciones que fueron postergadas hace mucho en esa zona del altiplano.
Que esto fuera un caso aislado se estaría sugiriendo hacer una chifladura, pero el país es rico en esta clase de hallazgos. Un ejemplo es la cabeza con espiga que se encuentra frente a rectoría de la Universidad de San Carlos de Guatemala que muy pocos saben a dónde pertenece. Un tour arqueológico del altiplano puede incluir una visita a la ciudad universitaria para ver al dios que emerge de la boca de la serpiente.
Los Museos regionales
Esta institución va de la mano con los hallazgos fortuitos, los cuales alimentan las colecciones que son objeto de estudio para después mostrarlos al público. Los museos sostenidos por el estado, en muy raras ocasiones, reciben ayuda de parte de la iniciativa privada. Precariamente se mantienen para poder sobrevivir. Cuando hay recortes de presupuesto por parte del gobierno hasta el papel higiénico les quitan. Esta clase de exhibición tiene que existir donde hay ricos testimonios arqueológicos, ya que además de hablar de historia, refuerzan la identidad nacional, son un punto de partida para crear un presente sin distorsión por parte de la historia oficial, y generan admiración e interés por aprender. El museo regional puede llegar a reunir colecciones de artefactos rescatados en determinada zona arqueológica, mostrando a varios de lo sitios que se encuentran dentro de sus confines.
En la actual situación nacional sería pecar de optimista si se dijera que se vislumbra una esperanza para que arranque la construcción de museos arqueológicos en los departamentos del país. Independiente de lo estatal, hay dos maneras para poder negociarlos: con ayuda internacional, y la de las cámaras de turismo. A estos últimos hay que hacerles ver que es una inversión la que se hace al obtener ellos de una forma directa los beneficios que dejan los visitantes.
El negocio del turismo se ha llegado a saturar de "más de lo mismo", sin querer ver más allá de lo que se está vendiendo ya que eso implica compromiso. Siguiendo ese orden, los museos podrían ser financiados por los hoteles, el transporte, restaurantes, o sea lo que representa las fuerzas vivas de ese gremio. Con un buen entrenamiento los interesados de cada comunidad se pueden convertir en gestores de la cultura al buscar los fondos necesarios, después de la presentación de un proyecto convincente dirigido a los empresarios de turismo, que dé resultados económicos a corto, mediano, y largo plazo.
Promoción en el exterior.
Como es costumbre, las embajadas de Guatemala en el extranjero tienen dentro de su personal un representante de INGUAT (Instituto Guatemalteco de Turismo) quien se encarga del negocio de la promoción principalmente en países que son potenciales generadores de visitantes. Sin ánimo de ofender, sus resultados han de ser muy modestos. El mundo ha cambiado, hay que invertir para obtener producto a mediano y a largo plazo sin usar los modelos tradicionales que resultan obsoletos. Otras naciones ya lo han hecho y están obteniendo buenos frutos. Entre estas cosas novedosas es tener una oficina permanente con personal calificado que venda los destinos arqueológicos del país en aquellas ciudades del mundo que tengan potencial para querer conocer a los mayas. Que no se limiten a entregar volantes, sino que se haga promoción en universidades, gremios de profesores, los colegios más representativos, y gestionar conciertos donde se muestre la cultura del país por medio de la música, principalmente entre la gente joven. Paralelo a esto, el INGUAT tiene que estar invitando a personas claves de mercados no tradicionales para que visiten el país con todo pagado, lo que se conoce como Fun Tour. Los arqueólogos nacionales pueden ayudar con conferencias donde se de a conocer qué es lo que se tiene.
Las colecciones arqueológicas itinerantes
Son embajadoras a las que no hay que pagarles nada, sólo dárselas a quienes las van a cuidar con esmero. En Guatemala se da el caso que en el Museo Nacional de Arqueología la colección que se muestra al público palidece si se compara con lo que se guarda en las bodegas, que por cierto ya es muy pequeña ante lo que se ha depositado producto de investigaciones de campo. Otra razón más para la creación de museos regionales.
Es innegable que el impacto visual que origina una muestra artística de calidad, es mejor que leer el libro, o verlo en la TV. Los grandes vendedores de arqueología del mundo lo están haciendo. Comienzan con una inocente, bella, mística, pequeña, muestra de lo que puede ofrecer una cultura. Previo estudiar al posible consumidor que por seguro se interesará por conocerla. A mediano plazo un porcentaje de los que la vieron viajarán en no menos de dos años. Mediante este sistema se venden las ruinas y atrás vienen los demás negocios. Por parte del INGUAT no ha habido una política en torno al uso de este recurso; los funcionarios de turno siguen con los modelos tradicionales de promoción que son los que generan negocios para los que ayudaron en la campaña política. Ya se ha intentado organizar un movimiento donde sean varias colecciones las que salgan para vayan a generar divisas a mercados potenciales por parte de operadores de turismo; pero a la hora de las negociaciones entre los burócratas surgen cortapisas que van echando a tierra la idea. El caso es que INGUAT maneja un presupuesto aproximado de US$15 millones anuales. Los directores no duran mucho en el puesto. En los últimos seis años ha habido siete, desde militares, hoteleros, publicistas, y cultora de belleza. Eso demuestra que el negocio no ha sido atendido de una forma competitiva, sino política. Hay que poner a vendedores de éxito que sean cultos y viajados a dirigir la institución, y que no aprovechen el cargo sólo para salir a pasear a costa del erario nacional.
Parques arqueológicos
Una gran cantidad de centros ceremoniales mayas se encuentran en terrenos privados, generalmente de campesinos que no saben por qué están esos cerros que a fuerza de golpe de azadón cada año lo rebajan más. Se pueden salvar creando una categoría que se llame "Parque Arqueológico" donde sólo los montículos, plazas, restos cerámicos, y plantas que ayuden a crear el paisaje puedan estar. Este negocio lo pueden manejar las autoridades municipales, o bien, la iniciativa privada a manera de concesión por un tiempo limitado. Es un potencial generador de trabajo en zonas de producción tradicional como la agricultura.
En la actualidad existe un proyecto elaborado por un arqueólogo norteamericano que ha trabajado en las ruinas de Nakbé, las que se encuentran dentro del mismo territorio de El Mirador, en el norte de El Petén. El proyecto se denomina "Cuenca del Mirador" y se trata de la creación de un mega-parque arqueológico donde no habrá carreteras formales, sino senderos, y pequeñas pistas de aterrizaje para aviones pequeños. Será prohibido el corte de cualquier árbol, perseguidos los cazadores de animales silvestres, y una tropa de guarda recursos armados que velarán por la integridad de este enorme territorio. Para conocer los numerosos sitios es necesario como mínimo cinco días acampando al aire libre. El proyecto ha encontrado oposición principalmente entre los madereros, a quienes gobiernos anteriores les dieron en concesiones esa parte de la selva para sustraer maderas finas.
¿De dónde saldrá la plata para el arranque? De ayudas internaciones que ven con buenos ojos un parque de esta naturaleza, pues con ello no sólo se conservan estas importantes ruinas mayas, se crean fuentes de trabajo, y se conserva el germoplasma de una región que aún se desconoce la flora que contiene.
Chisec, un caso de creación eco-turística.
Durante el conflicto armado interno algunas comunidades sufrieron la violencia a tal grado que se vieron obligados a abandonar sus pueblos y huir antes que fueran asesinados. Este es el caso de Chisec, cuya población indígena de la etnia Keckchí, se fue a vivir a las montañas circundantes huyendo de la guerra. Con la firma de la paz en 1996, muchas de estas comunidades desarraigadas regresaron al terruño para comprobar que estaban más pobres que antes. Una de las soluciones para crear fuentes de trabajo fue hacer de la zona un destino eco-turístico aprovechando las riquezas naturales circundantes, la aproximación de otros atractivos como lo son el monumental sitio arqueológico Cancuén, y las cuevas de Candelaria. Gracias al trabajo de jóvenes de la comunidad, iniciativa privada, y organismos extranjeros, se logró crear una fuente de ingreso no conocida anteriormente para favorecer a la población local. Se comenzó con la selección de los lugares, creación de la infraestructura que daría sustento al proyecto, para terminar con el entrenamiento a las personas que participarían en el sostenimiento del negocio de turismo. Esto dio oportunidad a una gama de personal a participar en una actividad novedosa, alejada de las tradicionales fuentes de trabajo. Desde un centro de cómputo manejado por jóvenes con educación secundaria, guías que conducen por los senderos interpretativos, lancheros, señoras que sirven un almuerzo típico en un salón habilitada para ese caso. Se encuentran apoyados por jóvenes voluntarios extranjeros que saben de eco-turismo, administración de ese tipo de negocios, por tour operadores que se les mostró el producto cuando ya estaba listo. Existe el ofrecimiento de hacer un hotel ecológico de cuatro estrellas.
Pero muchos que no conocen del negocio del turismo piensan que en un abrir y cerrar de ojos oleadas de visitantes llegarán a conocer lo que se está ofreciendo como la antesala del paraíso. Todo esto toma un proceso que puede tomar varios años para lograr las entradas esperadas. En este caso de Chisec, se ha comenzado con el turista nacional que puede permanecer dos días, para luego incursionar en las ferias internacionales y venderles los paquetes promocionales con la visita de un día. La razón es que los itinerarios son muy apretados, o los hoteles aún no están preparados para recibir determinado tipo de consumidor. El cliente ideal es aquel que regresa al país por una segunda vez y quiere conocer algo diferente. Entonces se prepara un paquete promocional donde se pueda visitar el sitio arqueológico de Cancuén, las cuevas de Candelaria, y Chisec, todo junto en tres días, dos noches. Todos estos atractivos están situados no más allá de 50 kilómetros lo que hace fácil llegar a ellos y lograr los horarios de visita.

Conclusiones
Estas ideas han surgido durante la visita a ferias internacionales, exposiciones en países que aman el arte de determinadas culturas, simposios de arqueología, escuchando la opinión de personas que quieren un avance para sus pueblos, y la experiencia personal.
Probablemente algunas se queden como lo son: un sueño. La factibilidad de que se ejecuten depende muchas veces de terceras personas cuyos intereses no siguen los de un arqueólogo interesado en su profesión. Pero el convencimiento existe en que se pueden hacer y que es fácil lograr resultados.
Por otro lado los esfuerzos que hacen las autoridades señaladas para que Guatemala participe en los negocios de turismo internacionales, no siempre van al ritmo de las circunstancias. Vicios heredados de otras administraciones las siguen minando, dando resultados que no coinciden con lo que dicen que hacen.
El criterio que prevalece en esta línea de pensamiento, es que la conducción del negocio de turismo debería de estar en manos privadas. Además, de parte de este negocio tiene que haber más ayuda, más apertura, para que las ganancias que genera esta industria sean repartidas entre las comunidades donde existen los destinos que proporcionan el entretenimiento, o sea, practicar el verdadero eco-turismo y con eso ir matando la pobreza que agobia a los pueblos.

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