martes, 17 de abril de 2007

ARQUEOLOGIA Y TURISMO

ARQUEOLOGÍA Y TURISMO


CARLOS RODRÍQUEZ TORRES
Antropólogo
Docente Investigador, Universidad Externado de Colombia

Antropólogo de la Universidad de Los Andes; Posgrado en Ecología de la Universidad Javeriana; Curso de Especialización sobre “Amazonía Colombiana” de la Universidad de Los Andes; Curso de Especialización sobre “Ecología Aplicada” de la Universidad de Los Andes. Antropólogo y Ecólogo de la extinta Corporación Nacional de Turismo de Colombia, donde laboró desde 1972 hasta 1996, y cuyo último cargo fue el de Director del Desarrollo del Producto Turístico Especializado. Actualmente se desempeña como Docente Investigador en la Facultad de Administración de Empresas Turísticas y Hoteleras de la Universidad Externado de Colombia, donde ha sido profesor desde 1982 hasta la fecha, y en el momento orienta las cátedras de Geografía Turística y Entorno Ecológico y Sociocultural de Colombia. Ha sido declarado como Profesor Titular, dentro de los Títulos Profesorales que otorga la Universidad Externado de Colombia.




1. EL TURISMO ARQUEOLÓGICO DENTRO DEL CONTEXTO TURÍSTICO

Usualmente se considera el Turismo Arqueológico como una temática específica dentro del Turismo Cultural, como también, dentro del ámbito del ecoturismo se lo ubica dentro del subtipo denominado Turismo Naturalista Directo, si la actividad, dentro de esta modalidad, se concentra en la observación e interpretación de manifestaciones antrópicas del pasado.

Ciertamente el Turismo Cultural involucra a visitantes que muestran gran motivación e interés por conocer y entender manifestaciones humanas del pasado y del presente, muy relacionadas con el patrimonio artístico, arqueológico y cultural (monumentos, museos, lugares de interés arqueológico, histórico, etnográfico, artesanal tradicional y antropológico, entre otros).

Ahora bien, como es de todos conocido, el Turismo Arqueológico es una forma de turismo especializado que se ha venido desarrollando de mucho tiempo atrás a nivel mundial, en países tales como Italia, Egipto, Grecia, Roma, China, México, Perú, Israel y Jordania, entre muchos otros, lo cual también se refleja en Colombia, principalmente en sitios como San Agustín e Isnos (Huila), Tierradentro (Cauca), Ciudad Perdida o Teyuna (Magdalena), Pueblito (Magdalena), El Infiernito (Boyacá), entre otros.

El Turismo Cultural, según la O.M.T., es una de las grandes tendencias turísticas del siglo XXI, que involucra a diferente tipo de turistas, los que, de acuerdo a sus motivaciones, pueden ser pequeños grupos muy interesados en temas específicos, como la Arqueología, por ejemplo, hasta
grandes grupos, “pertenecientes al mercado de vacaciones de masas”, que realizan excursiones muy cortas a sitios culturales en general.

2. LA ARQUEOLOGÍA COMO ATRACTIVO TURÍSTICO

Es evidente que, cada día más, existe un gran interés, por parte del público en general, hacia temas relacionados con la Arqueología, lo cual se demuestra por la nutrida afluencia de turistas a lugares Arqueológicos y la altísima acogida que tienen los programas de televisión cuyo tema es la Arqueología (Discovery Channel, The History Channel, National Geographic Channel, etc.).

Se puede admitir que la Arqueología proporciona al común de la gente una mejor comprensión del pasado humano, a través de diferentes medios, como lo pueden ser los libros, exposiciones, museos, programas de televisión, y por supuesto, las visitas a yacimientos arqueológicos. La Arqueología recrea el desarrollo y evolución de las sociedades y culturas de todos los países del mundo, por lo tanto contribuye al conocimiento y entendimiento de la humanidad en su conjunto, todo lo cual despierta cierta necesidad, gran interés o simplemente curiosidad, por parte de las personas, las que no solamente se limitan a conocer el pasado de la gente de su país de origen, sino el pasado de toda la humanidad, lo cual hace que la Arqueología sea algo que los seres humanos podamos compartir.

Ciertamente la Arqueología, apoyada en sus diferentes especialidades, puede dar respuesta a las muchas inquietudes que la gente pueda tener sobre el pasado del hombre, según el lugar donde habitó, por ejemplo, características de su entorno y el aprovechamiento del mismo para su subsistencia y dieta (Arqueología Ambiental), su organización social (Arqueología Social), sus formas de pensamiento, representaciones, símbolos, interpretación de su arte rupestre y labor escultórica, etc. (Arqueología Cognitiva, Arte y Religión), sus características físicas (Arqueología integrada con la Antropología Física), etc.

En consecuencia, una visita a un yacimiento arqueológico, a quienes gusta y sienten especial fascinación por las sociedades y culturas del pasado, se constituye en una inigualable vivencia, la cual se plasma al poder observar y entender una muestra de la variedad de la experiencia humana, de la cual podemos obtener muchas enseñanzas que también son susceptibles de aplicar en el presente, como lo pueden ser, la diversidad ideológica, formas de pensamiento, métodos agrícolas, técnicas y diseños de construcciones, sistemas económicos y conocimientos médicos, entre otras.

3. CARACTERÍSTICAS GENERALES DEL PRODUCTO ARQUEOLÓGICO Y DEL TURISTA INTERESADO EN EL MISMO

Los restos arqueológicos han generado una forma de recreación y adquisición de conocimientos, desde las primeras excavaciones, realizadas en el siglo antepasado, de tumbas, construcciones antiguas monumentales, pirámides, palacios, descubrimiento y exposición de momias, etc. Sin embargo, actualmente la tendencia de los consumidores de ésta modalidad de turismo cultural se orienta, no tanto al placer de viajar y recrearse, sino a la obtención de una experiencia muy singular que les permita aprender a profundidad, de una forma científica y didáctica.

Lo anterior sugiere que existe un potencial segmento de demanda con las características ya indicadas, lo cual implica que el producto que se prepare para tal segmento debe estar cuidadosamente diseñado, especialmente en lo que a las actividades y experiencias se trata, de tal forma que respondan plenamente a las expectativas del turista en lo que se refiere a la satisfactoria comprensión del yacimiento arqueológico. Conocer el perfil del consumidor de este tipo de producto, de acuerdo con la tendencia actual, es indispensable a efectos de emprender exitosamente acciones promocionales y de marketing del producto en cuestión.

En cuanto a la estructura del producto turístico arqueológico, cabe resaltar tres componentes que son especialmente relevantes en éste, como los son: a) la calidad, singularidad, representatividad dentro del contexto cultural que muestra, diversidad y estado de conservación, de los atractivos arqueológicos; b) los servicios especializados, específicamente la guianza turística, o la disponibilidad de documentación apropiada, que permitan el correcto entendimiento de los citados atractivos; y c) el adecuado diseño de las actividades. Lo anterior no quiere decir que los demás componentes del producto sean menos importantes, como es el caso de las infraestructuras externas, el equipamiento turístico, etc., pues sobre éstos el turista también guarda muchas expectativas.

De hecho, una de las principales falencias que acusa esta clase de producto, y en no pocos casos, está relacionada con el deficiente desempeño de los guías turísticos que están comprometidos en la entrega del producto. Evidentemente el adecuado concurso del Guía es definitivo para que el turista pueda llegar a obtener una correcta comprensión, con alto grado de satisfacción, del entorno arqueológico que esta visitando, lo cual se logra mediante la elaboración y desarrollo, por parte de dicho profesional, de un guión interpretativo que tenga rigor y fundamento científico, lo que a la postre influirá sensiblemente en la calidad de la experiencia que el turista busca.

4. BONDADES Y COSTOS DEL TURISMO ARQUEOLÓGICO

El turismo arqueológico, cuando se planifica y gestiona bajo el concepto de Turismo Sostenible, proporciona, entre otros, los siguientes beneficios:
- Genera empleo directo a la comunidad receptora, dinamiza y diversifica la economía del lugar.
- Estimula la toma de conciencia sobre el valor de los yacimientos y la imperiosa necesidad de conservarlos.
- Impulsa la creación de grandes y pequeñas empresas turísticas (establecimientos gastronómicos y de alojamiento, almacenes de artesanías, agencias operadoras de turismo, alquiler de vehículos, caballos y otros medios de transporte, etc.).
- Mejora la infraestructura externa de la comunidad.
- Aporta recursos económicos que ayudan a la conservación de los vestigios arqueológicos.
- Pone en valor el patrimonio cultural.
- Para muchos países (caso Egipto, Grecia, México, Perú, Italia e Israel, entre otros), representa una importante fuente de divisas que fortalecen sustancialmente sus economías.
- Fomenta nuevas investigaciones arqueológicas y puede ayudar económicamente a ello.
- Permite a los investigadores en este campo dar a conocer sus descubrimientos, pues se constituye en un gran medio difusor para socializar el resultado de sus investigaciones al público en general.

En cuanto a los costos del turismo arqueológico se pueden identificar, entre otros, los siguientes:
- Estimula, con no poca frecuencia, el saqueo y las excavaciones furtivas (guaquería). Muchas veces los turistas compran, clandestinamente, piezas arqueológicas a los guaqueros. El resto del botín los citados saqueadores suelen venderlo a coleccionistas privados, a museos públicos y privados y a mercados de antigüedades; tampoco es raro observar dicho comercio en ventas callejeras y en tiendas turísticas.
- Produce desgaste físico en algunos yacimientos arqueológicos por la afluencia excesiva de turistas (rebasando ampliamente las capacidades de carga de los citados lugares), o por el vandalismo de los mismos, que generan daños tales como: el desajuste de muros y piedras, erosión, deterioro, desprendimiento y robo de fragmentos, inscripciones, dibujos, rayones, etc.
- Genera la construcción de equipamientos turísticos mal diseñados y sobredimensionados, ubicados muy cerca a los yacimientos arqueológicos.

En una prestigiosa revista se leía: “La nueva plaga de Egipto: los turistas. En unas cuantas décadas, millones de turistas han causado mas daño a los tesoros monumentales de Egipto, que el desgaste que han sufrido durante milenios expuestos al ambiente …”. Casos como este también se presentan en otros lugares arqueológicos que son sometidos a gran presión turística.

La clave para mitigar o neutralizar los impactos negativos anteriormente descritos depende de cómo se planifique, gestione y controle el uso público de los yacimientos arqueológicos protegidos, buscando con ello evitar, que a más de los factores naturales que degradan las citadas estructuras (meteorización, agresión biológica, etc.), el turismo masivo y desorganizado contribuya a deteriorar y destruir el patrimonio en cuestión.

En definitiva, el desarrollo del turismo arqueológico debe propender por maximizar los efectos positivos inherentes a este tipo de turismo y minimizar, hasta donde sea posible, los negativos, partiendo de la premisa de que siempre habrá impactos adversos sobre el recurso.


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